¡Con qué poco es feliz un médico sustituto! Con que le tengan su papel con líneas de puntos para las bajas y sus folios preparados. Con que le arranque el ordenador a la primera. Con que vaya la impresora. Con que no tenga que buscar dónde están las mamografías. Con que haya fluoresceína y lubricante (el dedo mojado en agua del grifo entra solo, de todas las maneras). Con que no le tenga que pedir a nadie una receta de estupefacientes ni el pulxi. Con que no le tanguen con el turno de urgencias. Una tachadura en la lista de las urgencias y domicilios en contra del sustituto es una emboscada hasta que no se demuestre lo contrario.
 
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Comentario al encuentro digitalcon Fernández Lasquetty, Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, 3 de Junio de 2013, El Mundo.

1.       1. Buenos días. Al ver tanta gente sanitaria por la calle, gritando y manifestándose en contra de la externalización de la Sanidad, no ha pensado en algún momento en tirar la toalla. Esta usted tan seguro que es bueno externalizar la Sanidad Pública de Madrid. Desearía me diese tres razones contundentes para ello, que se hace mal ahora y cuando se externalice será mejor. Gracias.

Respuesta: Buenos días. Agradezco a Encuentros El Mundo la oportunidad que me proporciona de explicarme ante los ciudadanos. Y gracias también a todos los que han enviado sus preguntas. Trataré de responder el mayor número posible.

Por desgracia la crisis afecta también a servicios públicos esenciales, como la Sanidad, aunque en la Comunidad de Madrid hemos querido que fuera el área menos afectada. Como consecuencia de la crisis y de un sistema de financiación injusto tenemos menos presupuesto. Al mismo tiempo queremos mantener la calidad. Por eso necesitamos trabajar de otra manera. No en aquello que afecta a los ciudadanos, que van a seguir disfrutando de una Sanidad pública de máximo nivel, pero sí en muchas cosas que afectan a la forma de trabajar de los profesionales. Esa es la razón que explica que ahora se hayan producido unas movilizaciones que no se convocaron cuando externalizamos la gestión de 3 hospitales, hace ya varios años.


Pero también tenemos una crisis económica que ha bajado los ingresos. Y tenemos, por desgracia, unas reglas de funcionamiento basadas en funcionarios vitalicios, que cobran la misma retribución trabajen bien, mal o regular. Eso es lo que hace que nuestro sistema no sea todo lo eficiente que debiera, y eso es lo que queremos cambiar.

Y también con los médicos -junto con los enfermeros y el resto del personal de Sanidad- estamos aplicando este año medidas que están consiguiendo dar una Sanidad de la misma calidad, con menos presupuesto.

Tenemos que distinguir entre titularidad (pública) y gestión (privada). La Administración Pública es buena para garantizar, para supervisar, para asegurar, pero nunca ha sido eficiente prestando directamente servicios.

Comentario: Lasquetty sigue empeñado en su falsedad de que opta por este modelo debido a las estrecheces presupuestarias de la crisis económica. Un bulo repetido mil veces no se convierte en verdad. El modelo de gestión privada de la sanidad lleva implementándose en la Comunidad de Madrid desde 2003, época de bonanza, cuando no había ninguna razón para optar por él. Lasquetty, Esperanza Aguirre y el resto de su equipo neoliberal han demostrado con creces que el modelo de adelgazar el Estado para engordar la provisión de servicios a las empresas es su modelo. Nada que ver con la crisis.
Alberto de Rosa, mandamás de Ribera Salud, una de las empresas que se benefician de la privatización de la gestión sanitaria, reconoce que este modelo lleva 15 años funcionando y que nada tiene que ver su implementación con la crisis económica.

Los conciertos de asistencia privada han aumentado un 41% desde 2004. De destinar 531 millones de euros se ha pasado a destinar 934 millones de euros.
Por otro lado, transmite la idea de que el sobrecoste del sistema es debido a la manera de trabajar de los profesionales, a sus privilegiadas condiciones laborales etc…
No menciona que quizá el poco dinero disponible para financiar la Sanidad puede provenir de que la Comunidad de Madrid es la Comunidad Autónoma que MENOS porcentaje de su PIB (3,5%) dedica a financiar su sistema sanitario.
Y de las que menos gasta por habitante al año: 1089 euros en datos de 2009. Sólo están por debajo Baleares y Valencia (¡qué casualidad!, la otra reina en privatizar la gestión).
Da risa escuchar que se van a bajar las retribuciones o a empeorar las condiciones de trabajo de los profesionales y al mismo tiempo no se va a producir una merma en la calidad de la atención.  Hay que estar bien fuera de la realidad para realizar tal afirmación.
No es muy inteligente tampoco por su parte querer imponer un Plan en contra del criterio de los profesionales del ramo. Tampoco provocar a los profesionales acusándolos de interesados, oportunistas y aprovechados. Eso lo sabe cualquiera aunque no haya estudiado en suculentas escuelas de negocio.

2.  2.  Más de un millón de firmas en contra de la privatización de la gestión sanitaria y usted no escucha. ¿Se considera usted un político que vela por el bien de la ciudadanía o bien sólo por intereses económicos privados?

Respuesta: Mi única motivación es servir al bien de los ciudadanos y al interés general. Como podrá comprender, para mí y para el Gobierno Regional, lo más cómodo sería no emprender ninguna reforma, dejarlo todo como está. Pero eso sería una enorme irresponsabilidad. Sin reformas llevaríamos a la quiebra a la Sanidad pública. Los ciudadanos disfrutan hoy de una asistencia sanitaria de gran calidad, y mi responsabilidad es proponer las medidas necesarias para que siga siendo así en el futuro.

Comentario: El Censo en la Comunidad de Madrid es de 4 millones y medio, 1.700.000 personas votaron al PP.

Firmaron en contra del Plan aproximadamente 1 millón de personas, participaron en la Consulta Popular 1 millón de personas.
La oposición popular a este Plan es astronómica e histórica para lo que estamos acostumbrados en España. Sólo son equiparables en conseguir adeptos en las últimas decádas (proporcionalmente para una CCAA) la oposición a la Guerra de Irak o a la Iniciativa Legislativa Popular para frenar los desahucios.

Con estos datos seguir diciendo que actúas por el interés general cuando la generalidad de los ciudadanos te dice no, pues qué quieres que te diga…

No se da cuenta Lasquetty que lo que amenaza con más intensidad al Sistema Público de Salud es él mismo. 

3.     3.  Además de las empresas privadas que van a beneficiarse de la privatización, ¿sabe usted de alguien más que esté de acuerdo con su plan?


Respuesta: No tengo ni idea de si las empresas están de acuerdo o no lo están, no se lo he preguntado. Lo que sé es que hay muchísimos madrileños que sí están de acuerdo. Hay mucha gente que comprende que no podemos continuar, en plena crisis, con métodos de trabajo que no proporcionan toda la eficiencia que necesitamos. Hay mucha gente que sabe que nuestro deber es aprovechar al máximo el presupuesto que tenemos, en vez de perpetuar algunas cosas que ya no están adaptadas a la situación. Lo noto en muchos comentarios a las noticias que publica este mismo periódico, por ejemplo. Y lo noto también en lo que, en privado, me dicen muchos profesionales de la Sanidad.


Comentario: Mala relación con los de las empresas digamos que tampoco es que haya tenido.

Argumentar el apoyo popular a un Plan que va a suponer una catarsis en algo tan delicado como la Sanidad, en los comentarios de un periódico o en “muchos” (¿quiénes?, yo no conozco a ninguno. Periodistas a sueldo no valen, digo profesionales) como los que salen en esas fotos no es un argumento muy convincente.

4.    4.¿Tiene ya previsto a qué empresa del sector sanitario va a ir, después de ser Consejero de Sanidad, como ha ocurrido con sus predecesores en el cargo?


Respuesta: No tengo ni la más mínima intención de trabajar en empresas del sector sanitario cuando deje mi cargo. No estoy aquí preparándome ningún futuro personal, se lo aseguro. Por otra parte, ninguno de mis antecesores ha incumplido la ley de incompatibilidades. Tampoco los ex ministros socialistas que ahora trabajan en empresas de su sector, incluido el sanitario (que yo sepa).

Comentario: A ver qué va a decir. Si se lo hubieran preguntado a sus antecesores también hubieran contestado lo mismo. Dos de dos, Lamela y Güemes, y los dos beneficiándose de concesiones de la administraciones, por servicios que ellos mismos privatizaron.


5.   5 Señor Fernández-Lasquetty, su partido lleva gobernando en la Comunidad de Madrid desde 1995 ¿Cómo calificaría la gestión que se ha hecho de la Sanidad? ¿Si cree que ha sido buena por qué dicen en su partido que es deficitaria? ¿no será que es culpa de quien la ha gestionado todo este tiempo?

Respuesta: Creo que el Partido Popular ha hecho y sigue haciendo una gran gestión en la Sanidad pública de Madrid. Hay 11 hospitales más, 76 centros de salud, más de 2.000 médicos y otras tantas enfermeras que han incrementado la plantilla para atender a los madrileños. Hemos establecido la Libre Elección de médico y hospital, que han aprovechado ya más de 1 millón de madrileños. En estos años hemos mejorado todos los indicadores de resultados: en cáncer, en enfermedades cardiovasculares, en enfermedades crónicas, etc. Tenemos la mejor Sanidad pública de España gracias a que tenemos muy buenos profesionales, y también a que el Gobierno del PP se ha tomado muy en serio mejorarla.
Comentario: Por esa misma razón decimos: no privatices la gestión de la Sanidad Pública, que funciona muy bien, fíjate con qué indicadores tan destacados contamos. 

Es una batalla tramposa poner a competir dos sistemas; primero ahogando el presupuesto al público y aumentándoselo al privado y luego no contar con indicadores fiables para comparar.
Llama mucho la atención consultar esta páginacon algunos indicadores que han diseñado para comparar los hospitales, donde casualmente salen muy bien parados los nuevos o antiguos hospitales con gestión privada y muy mal parados los tradicionales hospitales de gestión pública que todo el mundo sabe que dan un muy buen servicio, como por ejemplo el Niño Jesús, La Paz, el Marañón, etc. Sospechoso cuanto menos. Para los Centros de Salud, qué mejor indicador que la satisfacción. 
(En la provisión privada, cuando las situaciones se complican –trasplantes, diálisis, cáncer con metástasis…- muchos pacientes eligen o son forzados a elegir, más o menos sutilmente, el sistema de provisión pública. Es un ejemplo más de cómo la provisión privada “descrema” su clientela (intentan asegurar sólo a los que precisen menos servicios, o los servicios más baratos) y así aumentar los beneficios. Juan Gérvas y Mercedes Pérez. Sano y salvo.)

Por otro lado, Lasquetty ignora los más simples preceptos de Salud Pública. La esperanza de vida es un indicador que viene determinado por muchos factores y en contra de lo que sería fácil pensar, muy poco tiene que ver con el sistema sanitario, como ya demostró Lalonde en los años 70.

Ha roto, probablemente a sabiendas, los principios que regían hasta ahora nuestros sistemas sanitarios muy adecuadamente –equidad y justicia- por otros -libertad y autonomía-. Ignoro el resultado que en otros campos puede tener el elegir los segundos sobre los primeros, pero en Medicina tiene unos resultados desastrosos. 

Dice Lasquetty por un lado que tenemos unos muy buenos profesionales y por otro que no podemos seguir manteniendo en el puesto a los que trabajan mal o regular. ¿En qué quedamos? ¿Trabajan muy bien o mal o regular?

6.   6 ¿Podria aclarar la estrategia en su politica de privatizacion de la sanidad en Madrid?, Podria nombrar los proximos hospitales donde se llevara acabo la proxima privatizacion?


Respuesta: Ya hemos dicho que nuestra propuesta es externalizar la gestión de estos 6 hospitales. No tenemos planes de hacerlo en más hospitales.


Comentario: En el programa electoral en absoluto figuraba esta privatización, no se ponía en ningún sitio que la gestión de los hospitales se fuera a dar a una empresa. Sí que se remarcaba que los hospitales iban a tener habitaciones individuales, un dato muy importante para la salud. Tampoco figuraba que se iba a anunciar la concesión a empresas del 10% de los Centros de Salud… y mira.

7.   7. ¿No le parece que debería tener más en cuenta la opinión de los médicos? Su formación, sus años de experiencia y su prestigio internacional yo creo que les dan suficiente empaque como para que usted les haga caso.

Respuesta: La Consejería de Sanidad constantemente cuenta con la opinión de los médicos. Con ellos definimos todos los planes para mejorar la calidad. Con ellos estamos preparando una Estrategia para atender a los pacientes crónicos. Con los médicos estamos trabajando para ofrecer muy pronto indicadores públicos de resultados de todos los centros sanitarios públicos. Etcétera, etcétera.
Comentario: Lasquetty ha emprendido este camino con la total oposición de los profesionales. Nadie había suscitado hasta entonces tanto rechazo entre los profesionales como él. Las pruebas de que les ha ignorado han sido múltiples y variadas. Varias han sido las reuniones y ha quedado bien claro que lo eran de cara a la galería pero que en ningún caso estaba dispuesto a bajarse de la burra.

Muchos han sido los desprecios. Patético también que Lasquetty se diriga a AFEM como “Sindicato AFEM” para rebajarlos. A dónde hemos llegado. En manos de quién estamos. 
A lo mejor a dar una Sanidad de la misma calidad llama a tener a gran parte de trabajadores que llevan prestando servicios años y años en el mismo puesto renovando cada mes o cada dos meses.

Creo que a dar la misma calidad llama a rebajar brutalmente el presupuestos para suplentes. Así, si un médico se va 7 días de vacaciones, como es imposible que asuma toda su consulta su compañero durante los 5 días laborales, se pone al suplente martes y jueves para que el gallinero no se alborote. Así si va a pedir cita el paciente para el miércoles le dicen, véngase el jueves, y con eso lo solucionan.

Hay mil ejemplos similares.

8.   8. ¿es cierto que las empresas privadas ya no están interesadas en los hospitales que externaliza?

No lo sé. Nosotros hemos abierto un concurso público, bajo la legalidad y la transparencia que señala la Ley. Como es lógico, no sabemos los resultados de ese concurso hasta que no se cierre el plazo de presentación de ofertas, se abran, y se hagan las correspondientes valoraciones de las mismas.

9.   9. ¿Le parece bien que un consejero de sanidad promueva el tabaquismo en el futuro Las Vegas de Alcorcón?

Respuesta: Yo no promuevo el tabaquismo, todo lo contrario. Es evidente que el tabaco perjudica la salud. Lo que he dicho es que España está en una crisis muy profunda, con millones de personas en paro. Y tenemos la oportunidad de que se instale en Madrid una inversión que generará muchos miles de puestos de trabajo. Por eso me parece que sería adecuado adaptar puntualmente la ley para que esa inversión y esos puestos de trabajo no se vayan al traste.

Comentario: Aguirre: “La Comunidad de Madrid cumple la ley como no puede ser de otra manera. Por encima de todo las autoridades públicas estamos para cumplir las leyes. Otra cosa es que yo crea que los poderes públicos no estamos para tratar de imbuirles hábitos a las gentes por muy saludables que sean estos hábitos”


Constitución española: Título I, artículo 43, segundo y tercer puntos: Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio.
 11. ¿Por qué despidió a 700 médicos mediante una “jubilación forzosa” y sin previo aviso?

Respuesta: Debo corregirle: no se despidió, hubo previo aviso, y no fueron 700 médicos. Una ley nacional del 2003 indica que la edad de jubilación forzosa del personal sanitario son los 65 años, salvo que se hagan excepciones. Antes que Madrid, 14 de las 17 CC.AA. han aplicado esta medida, la primera y la mas severa Andalucía. A diferencia del resto de las regiones, en Madrid hemos exceptuado a un 30% de los médicos que han querido continuar, y ahí continúan, en sus consultas del hospital o del centro de salud. Hemos exceptuado a 181 médicos, cosa que -repito- no ha hecho ninguna otra Comunidad Autónoma.

Comentario: a mi primo no. A este sí.

12. Nadie habla de primaria. ¿cual es el futuro?

Respuesta: La Atención Primaria es básica en nuestro modelo sanitario. Los médicos de familia, pediatras, enfermeros, etc. hacen una excelente labor, que mantiene el estado de salud de los madrileños (somos la región española con mayor esperanza de vida). Estamos implantando ya la receta electrónica, para que los médicos puedan dedicar más tiempo a tratar a sus pacientes. Estamos preparando una Estrategia de Crónicos que tendrá en Primaria su centro de gravedad. Y también queremos que unos pocos Centros de Salud (en torno a 4) puedan ser gestionados por los propios profesionales agrupados en sociedades profesionales, como cooperativas o similares.

Comentario: Será básica, pero le lleva bajando el presupuesto desde hace 3 años mientras que a la Atención Especializada se lo va subiendo (mucho más a los hospitales de gestión privada que a los de pública, eso sí).


Madrid cuenta con una de las tasas más bajas de número de médicos por 10.000 habitantes, 7 de media. No es infrecuente ver a médicos que tienen 2000 pacientes de cupo, una verdadera barbaridad que hace que se puedan ver en un turno 50 pacientes. 6 minutos por paciente. Como los animales. 


Si eso es calidad… que venga dios y lo vea.


Lasquetty vuelve a errar, primero por presentar un indicador de salud producto de su gestión al frente de la Consejería (esperanza de vida). La Consejería puede hundir, pero no salvar, ese indicador. Cómo le gusta a la derecha la arrogancia. 

Segundo, por presentar a la Atención Primaria como responsable de ese indicador. Vuelve a demostrar ignorancia en Salud Pública. El aumento de la esperanza de vida probablemente no venga ligado sólo a la Atención Primaria ni tampoco al sistema sanitario. Probablemente tenga más que ver con los “determinantes sociales de la salud”.


Resulta que vuelve a decir que hacemos una excelente labor, pero luego tiene que privatizar la gestión de los servicios para poder ser flexible y castigar al vago. ¿En qué quedamos?

No hay una Comunidad Autónoma que dedique menos dinero a financiar la Atención Primaria que la Comunidad deMadrid.

http://www.nodo50.org/fadsp/pdf/ATT%20PRIMARIA.pdf pag 335

Veremos si a partir de ahora los profesionales se muestran tan dispuestos a trabajar con la Consejería en los nuevos planes.

Se anunció que la privatización de la gestión iba a ser de 27 Centros de Salud, ahora 4. ¿A qué se debe?


Donde dice “agrupados en sociedades profesionales, como cooperativas o similares”; con similares quiere decir empresas, para el que no se entere.

Ojalá me equivoque, pero puede que no falte tanto para que estos neoliberales, amparándonse en el sacrosanto principio de libertad, omitan de alguna manera la figura del médico de cabecera para que el paciente que quiera pueda consultar directamente al especialista. Eso es lo que en el fondo el paciente quiere, ¿no? Es eso es lo que aumenta su “índice de satisfacción”, ¿no? Todos (85%) los funcionarios que pueden saltarse el médico de cabecera para acceder directamente al especialista lo hacen, ¿no?

13. En cuanto a la respuesta de la pregunta 9, indica que al ciudadano lo le importa como se gestiona su hospital ni si le trata personal funcionario o no ¿puede indicarnos en qué encuesta se apoya este dato o bien se trata de una opinión personal?

Respuesta: Puedo indicarle que el 95% de las personas atendida en Hospital público Rey Juan Carlos, de Móstoles, se sienten satisfechas o muy satisfechas. Puedo indicarle que ese porcentaje es del 93,5 en el Infanta Elena de Valdemoro, y del 92,6 en el de Torrejón. Son datos públicos que puede Vd. consultar en la página web de la Comunidad.

Comentario: me hace mucha gracia lo de “Hospital público Rey Juan Carlos”. La insistencia en recalcar la palabra “público” le delata. Para el que no lo sepa es Capio quien gestiona este hospital.


También me gustaría ver indicadores “de verdad”: estancia media del ingreso no quirúrgico, porcentaje de ingresos sobre pacientes vistos, número de pacientes que derivan a la Fundación Jiménez Díaz por no contar con los equipamientos o experiencia adecuada para tratarlos, número de pacientes que les corresponde ese hospital por distribución geográfica y optan por seguir en el que estaban, número de pacientes de la categoría anterior que superan los 65 años, edad media de los pacientes vistos en ese hospital comparado con otros, lista de espera en ese respecto al público –las listas de espera no las generan los profesionales sino los gestores-, ratio de internistas de planta por área geográfica…


No sabemos si en ese 95% incluyen los que manifiestamente le expresan a su médico de cabecera que no quieren ir a un hospital gestionado por Capio. O a los que lo manifiestan al Call Center –ese nido de teleoperadores amañados por la Consejería-. O a los que vuelven al médico de cabecera y le dicen: mándeme usted a uno público.


A Lasquetty le gusta jugar mucho con la ignorancia de los ciudadanos. Él sabe perfectamente que un paciente no sabe si le están atendiendo bien o mal. Sabe que el paciente lo que percibe es si está en una habitación individual o un médico muy simpático en la consulta le da la mano y le invita a sentarse o si una señorita muy simpática vestida de verde le acompaña por su transitar por los largos pasillos del hospital o si el hospital tiene un diseño muy bonito que se ve desde todo Móstoles. 
Pero sabe perfectamente que un paciente no es capaz de saber si el mejor tratamiento para su cáncer de próstata es una cirugía o una inyección de hormonas o no hacer nada, ni sabe si lo mejor para su Accidente Isquémico Transitorio es que quede 48 horas en observación en el hospital en vez de mandarle para casa, ni sabe que si hubiera tenido finalmente una cosa que se llama glaucoma agudo el día que su médico le mandó de urgencias al hospital de Capio de Móstoles porque le dolía el ojo, donde fíjate tú por donde no tienen oftalmólogo de guardia y donde le citaron para una consulta días después, pues hubiera podido tener problemas… Hay miles de cosas que los pacientes no son capaces de valorar, porque no saben Medicina, pero los médicos sí. Y como sabemos lo que está pasando y lo que puede pasar, por eso nos oponemos a que privaticen la gestión.

14. ¿Por qué se empeñan en llamar externalización a la privatización? Si tan bien gestionan las empresas como ustedes dicen, ¿qué ganan ocultando que lo que se hace es privatizar?

Respuesta: Es que privatizar sería otra cosa. Aquí nadie va a vender hospitales y traspasarlos al sector privado. Los 6 hospitales públicos que vamos a externalizar son hospitales públicos, que van a seguir siendo públicos, que sólo atenderán a pacientes del sistema público, con la Tarjeta Sanitaria y sin pagar ni un euro (porque está financiado con los impuestos). Estos hospitales públicos van a seguir atendiendo a sus pacientes como todos los demás.

Comentario: si fuera la Administración fuera buena prestando servicios a los ciudadanos no te tendría a ti en tu puesto, donde ganas mucho más que el mejor médico que trabaje para la Consejería de Sanidad.

No ha sido eficiente prestando servicios dice, y llevamos con un muy buen sistema sanitario 40 años gastando de los que menos en la Unión Europea. 

15. ¿Que experiencia tiene usted en sanidad? ¿Ha gestionado antes alguna empresa privada de prestigio? ¿Durante cuanto tiempo y con qué resultados?

Respuesta: Soy Consejero de Sanidad desde hace tres años. He desempeñado responsabilidades en otras funciones antes de llegar a esta. No soy funcionario. Llevo cotizando a la Seguridad Social desde que tenía 21 años, en 1987. He trabajado varios años en el sector privado, pero no en el sector de Sanidad. ¿No cree que si sólo pudiera ser Consejero de Sanidad quien sea funcionario sanitario, o empresario sanitario, podría actuar mediatizado por su propia trayectoria?

Comentario: qué largos se me están haciendo estos tres años. Parece que llevara toda la vida. No hay ningún trabajador sanitario de la Comunidad de Madrid que haya chupado tanto del bote del Estado como él. Y eso que es un gran contrincante del Estado como proveedor de servicios. Liberal para los derechos de los ciudadanos, pero proteccionista de los intereses de las empresas. La diferencia entre los trabajadores sanitarios y él es que nosotros nos hemos tirado toda la vida estudiando y él, salvo, un pequeño periodo en una empresa, ha ocupado continuamente cargos por obra y gracia de la dedocracia. Así que lecciones ninguna.


16. ¿Puede aportar usted datos económicos contrastados sobre el impacto económico real de la externalización de la gestión de los hospitales?

Respuesta: Las condiciones que hemos impuesto en los pliegos obligan a la empresa que gestiones cada hospital a trabajar con un ahorro mínimo de un 20%. Hay garantía de ahorro. Como también hay garantía de buenos profesionales: seguirán trabajando los mismos que trabajan ahora. Y hay unas garantías muy claras de calidad: una serie de indicadores clave serán comprobados mediante auditorías externas, con un representante de la Administración en cada hospital que, entre otras cosas, recibirá directamente las quejas y reclamaciones de los usuarios.

Comentario: Primero decía que se iban ahorrar 500 millones de euros, luego no se sabía bien. Pasado un tiempo decía que 200.

Organizar los Juegos Olímpicos costaría 1600 millones de euros.
Despedida

Acaba la hora de chat que me ha dado El Mundo. Gracias a todos por sus preguntas y su interés. Seguiremos trabajando para garantizar que, a pesar de la crisis, Madrid siga teniendo una Sanidad pública de la máxima calidad. Un saludo a todos


No pierde la ocasión de seguir insistiendo en el bulo que más le interesa. “Tenemos que hacer esto, no nos queda más remedio”. Es mentira, lo hacen por ideología, porque esa es su óptica de ver el mundo. Lo ha sido desde siempre, desde que comenzaron en política.


También es la óptica de mucha de la gente que les vota, pero no de toda. Quiero creer que la mayoría de este país y de la Comunidad de Madrid piensan que la Sanidad debe estar gestionada por representantes del pueblo democráticamente elegidos que miren realmente por el interés común y no por una empresa de capital riesgo radicada en el paraíso fiscal de las Islas Caimán.

También me gustaría pensar que mis compañeros médicos (que lo están pasando mal laboralmente) son capaces de anteponer las líneas éticas (en el caso de tenerlas) al dinero y no trabajar para Capio, aunque no es así en gran parte de los casos. 
Desde que soy médico he tenido que defender la sanidad pública de los políticos que la gestionan y estoy cansado, quiero dedicar mi tiempo a estudiar medicina. Pero no pararé hasta que estos depredadores se retiren de la presa. Ellos solos no se van a retirar ni van a obeceder a ninguna razón, así que hay que retirarles en las urnas y en la calle.

Tenemos dos años aún de arduo trabajo para defender la Sanidad Pública de los propósitos de Lasquetty y compañía. Dos años para pelear la vía judicial y apoyar a AFEM, que son un ejemplo de dignidad y un grupo de profesionales en quien confiar. 

Dice el profesor Gérvas que la paciencia es virtud revolucionaria, y la constancia también.

Lasquetty pasará. Dentro de un breve espacio de tiempo nadie se acordará de él, como nadie se acuerda ya de Lamela y casi ni de Aguirre. Pero dentro de dos, cuatro, diez, veinte, cuarenta años, nosotros seguiremos aquí, al lado de los pacientes.

El paciente es casi el único patrimonio que no nos puede arrebatar Lasquetty, aunque lo intente decididamente.

La razón está de nuestro lado. Juntos podemos.

Sí. Se puede.

He vuelto a beber por una noche. Yo no bebo porque me gusta. A mí no me hace falta divertirme para beber.

He sacado una botella de Fernet que tenía guardada en el fondo del minibar. Y le he dado un buen par de lingotazos, hasta confundir las teclas, que es la manera postmoderna de confundir las letras.

Entre la realidad y las palabras impera una distancia sustancial, que ahora se hace mayor porque esa distancia se prolonga en el trayecto entre las palabras y las teclas; hay que ir todavía más allá. Es la misma distancia que impera entre las enfermedades y los síntomas, y aún más allá entre la manera en la que el paciente te cuenta los síntomas, que es el modo en el que a los médicos les llega la sospecha de las enfermedades.

He bebido esta noche porque últimamente estoy seco. Seco de palabras. No me salen. Me he quedado mudo, vacío. Sólo hay una historia que me queda por contar de verdad, pero es la historia que naide se atrevería a contar.

Recuerdo una calurosa noche allá en la Argentina. Yo pasaba allí un corto tiempo y vivía en un hostal, porque a mí me encanta la vida errante, desgarrada y solitaria de los hostales juveniles y no juveniles y de las pensiones. Si viviera más en hostales y menos en casas probablemente no tendría problemas de liquidez de historias. El ambiente y las familias que los regentan son fuentes inagotables, y la quietud de esos sitios son un seguro para poder contar historias adecuadamente.

Decía que habíamos cenado una polenta (una especie de puré de patatas) en el hostel unos cuantos que nos habíamos conocido casualmente los días anteriores, y luego habíamos bajado hasta el bar de la misma calle, regentado por los mismos dueños del hostel.

Los argentinos me insisteron que pidiera un Fernet con coca (cola), que era muy sabroso y típico de allá. Yo, ya digo, no bebo porque el alcohol me hace comportarme como verdaderamente soy.

Me calenté enseguida y recordé aquellos viejos tiempos de COU de cuando te iba subiendo el pedo de calimocho, excelsa sensación.

Mis compañeros tenían muchas ganas de joda (de fiesta, en argentino) y enseguida se alborotaron y se pusieron a bailar. Yo me vi rezagado en la mesa, hablando con un grupo reducido de gente que se fue finalmente disipando y me quedé a solas con una residente de Cirugía de La Plata.

Yo estaba, como digo, bastante borracho ya, y le confesé una historia quirúrgica que me habían contado en España (una residente de Psiquiatría) que en estado de sobriedad jamás me habría atrevido a revelar.

Se me bajó todo cuando me dijo que esa historia no era para nada una excepción, que ella también había conocido algunos casos en Argentina.

Yo había llevado esa historia en secreto hasta aquella noche; había vivido y crecido secretamente con ella, ya que consideraba que algo tan absolutamente repugnante nunca debiera trascender, y porque me parecía tan increíblemente inverosímil que provocaría hasta la incredulidad al que se la contara.

Pero el encuentro de aquella noche me derrumbó. Es como cuando haces de suplente un electro a un paciente por un dolor torácico y vas y te das cuenta de que tiene un Síndrome de Wolff Parkinson White y cuando crees que has hecho el diagnóstico de tu vida, miras en la historia y ya lo tenía diagnosticado.

Es verdad que he tenido que beberme tres cuartos de botella de Fernet a palo para contarla esta noche, pero un escritor (o persona que escribe, que parece lo mismo pero no lo es) no se debe al pudor, ni al éxito, ni al fracaso… sino a la realidad. No se sirve de las historias sino que es un servidor de las historias.

Resulta que acudió la paciente (era añosa) con su marido a la consulta de Psiquiatría. Le habían puesto un parte de interconsulta los cirujanos. La paciente tenía un cáncer de recto de ésos que están en el tercio medio, que creo que requieren una intervención quirúrgica en dos tiempos. En la primera le hacen una colostomía (consiste en derivar un trozo de intestino a la tripa del paciente, con lo que las heces salen por ahí y se depositan en una bolsa) temporal y en la segunda hacen desaparecer la colostomía por “empalmar” el extremo de nuevo al intestino, con lo que el paciente vuelve a realizar las deposiciones por el ano como siempre.

El caso es que a la paciente se le había explicado adecuadamente cuál iba a ser el procedimiento a seguir. Se había realizado con éxito la primera parte del tratamiento quirúrgico, con lo que la mujer había permanecido con la colostomía temporal sin inconvenientes. Cuando iba a ser intervenida de la segunda parte la paciente se negó. Esta actitud causó asombro entre los cirujanos, ya que saben que el tema de llevar la colostomía y su imaginería es algo que los pacientes suelen detestar con todas sus fuerzas.

No entendían el porqué del rechazo. Pero bueno, siguieron viendo a la paciente en espera de que reflexionara y de que pudieran completar la intervención. Pero la paciente seguía en sus trece tiempo después, sin que hubiera una razón clara para ello. A uno del equipo se le ocurrió poner un parte de interconsulta a los psiquiatras para indagar en las causas.

Los psiquiatras tuvieron varias entrevistas con la paciente, en las que dieron cuenta de las reticencias a la reintervención. Una psiquiatra joven tuvo la idea de hacer salir al marido en una de las consultas, y la paciente confesó que la reticencia se debía a que su marido le pedía por favor que no se reinterviniera, porque le gustaba mucho hacérselo por el agujero de la colostomía.

Sí, habéis oído bien.

No sé qué pasó al final.

Yo no hago más que reproducir aspectos y detalles en relación a esta historia en mi cabeza. Lo hacía antes de viajar a la Argentina y lo hice mucho más después, cuando descubrí que la figura del “dador de colostomías” era de índole internacional.

Esa historia me lleva comiendo por dentro mucho tiempo. Pero ahora ya la tengo editada correctamente en la interfaz de Blogspot, le doy un buen lingotazo al Fernet sin coca y en medio de la penumbra de la noche y de la quietud de un hostal de carretera en un pueblo perdido de la Comunidad de Madrid, pulso el botón de “Publicar” con tanta fuerza que espero alejarla de mí para siempre.  

Un verano me fui detrás de una sustitución “larga” (1 mes) a un pueblo. Me gusta la Medicina Rural y estaba tan desesperado de ir de aquí para allá que estaba dispuesto a lo que fuera con tal de estar más de 5 días en la misma consulta. Lo peor de la Medicina Rural es que hay que irse hasta los pueblos para ejercerla.

Me alquilé un piso en el sitio.

Al principio estaba bastante contento, pues me hacía gracia lo de la vida rural. Me gustaba no tener que levantarme a las 6 para estar en la consulta a las 8.

Según se iban sucediendo los días, el aislamiento iba haciendo mella en mí. Pasaba los días y las tardes en casa, solo, estudiando unos libros que llevé, leyendo, durmiendo la siesta, viendo las noticias y poco más.

Por otro lado, era bueno aprender a vivir sin algunas cosas absurdas y sin algotras cosas que están bien, a las que probablemente demos más importancia de la que tienen o a las que dediquemos más tiempo del que merecen. Internet es el paradigma.

Me sucedía que cuando salía por el pueblo a dar una vuelta solía ir como cohibido, pensando en que me encontraría con algún paciente. Cuando iba a algún sitio y en efecto había algún paciente, no me sentía totalmente libre para hacer o decir. No sé si esa actitud mía era algo normal o si por el contrario no tenía ningún fundamento.

Algunos días recibía algunas visitas cortas que me alegraban bastante, pero volvía enseguida a ese estado de letargia y soledad.

Todos los días me levantaba ansioso para ver si pasaba algo que me tuviera entretenido.

Alquilé un piso en un bloque en el que vivían predominantemente inmigrantes. Solían cenar tarde y cocinar mucho. La vida de los inmigrantes no era una vida fácil de 8 a 15, como la mía. En el patio de la cocina se solía escuchar mucho jaleo. Pero comencé a observar que también en la casa de al lado siempre se escuchaban muchas voces, de una pareja que ponía la música muy alta los días de fin de semana por la mañana y que solían discutir mucho. La sensación se fue acrecentando a medida que pasaron las semanas.

En mi planta había solamente otras tres puertas. Una, de una viuda. Lo sabía porque ponía en esa

plaquita de la puerta: Josefa XX. Viuda de XX. Otra, de un filipino con su hijo, y en otra la de esta pareja con niños.

Me picaba tanto la curiosidad y estaba tan aburrido que cada vez que oía algún ruido en la escalera iba a oler a la mirilla a ver si los veía.

Una vez así lo hice y vi que la chica (era joven, tendría 32) era una paciente que había venido a mi consulta un día y que me había mencionado un cierto conflicto familiar y una situación personal delicada.

Una tarde, tirado en la cama leyendo un libro les comencé a oír de nuevo discutir y gritar. El chico era de fuera, porque hablaba con acento. O rumano o marroquí, no sé.

Yo tenía el maletín abierto en la habitación, y mirándolo, no sé por qué, en un momento de lucidez, me se ocurrió sacar el fonendo y ponerlo en la pared, como en las pilículas.

Me quedé flipao cuando pude apreciar que podía oír la conversación con una nitidez asombrosa. Como si estuvieran en mi casa mismamente.

Pasaba las tardes enteras escuchándoles y llegué al punto de morirme de ganas en el trabajo de que llegaran las 15 para llegar a casa. Algunos días, me compraba unos sandwiches y todo y comía pegado a la pared. Tuve que darme un par de veces vaselina en los pabellones auriculares debido a la agresiva impronta de las olivas.

No puedo decir nada acerca del conflicto ni de la historia, pues en parte la conocí y la reconstruí también por lo que me iba diciendo la paciente en la consulta, que vino varias veces en aquel mes.  Contándola incurriría en revelación de secreto profesional. 

Sólo puedo decir que era una historia cojonuda, apasionante.

Cuando salían por la tarde o cuando se iban por la noche a la cama, sacaba el ordenador y me ponía a escribirla como loco.

El día antes de abandonar el piso me compré un destornillador que usé como palanca para levantar una baldosa del suelo que ya estaba un poco perjudicada. Metí la historia de la paciente que habia impreso debajo de la baldosa, hice un poco de cemento en el fregadero y la soldé hasta que quedó perfecta.

Ahí la dejé, no sé ni para quién ni para qué, pero no se me ocurrió otra cosa que hacer con ella. Para que dentro de 100 años la descubran las nuevas generaciones, como pasa en las pilículas y noticieros.

Al final pasé un mes muy divertido y emocionante.

Me gusta sentirme parte del relato de una ciudad.

Las ciudades tienen sus relatos, sus historias, sus personajes, sus referentes. Crecer sin un relato al que asirse es algo parecido a crecer sin padre, o sin madre. Es crecer desprotegido en la vida. Dar tumbos, perdido.

Da igual que la ciudad se llame Bariloche, o Barcelona, que sea un pueblo que se llame Pedrosillo. Lo importante es el relato. Si es Barcelona, será un novelón de 1000 páginas, más ameno pero más largo, menos abarcable. Si es Pedrosillo será un relato mucho más conciso, pero repetitivo, una pequeña parábola.

Para ser capaz de escuchar ese relato no es que haya que vivir toda la vida en el sitio, sino todo lo contrario. Irse es condición muy necesaria para desmenuzarlo. No debe existir miedo ninguno de perderse algo. Un verdadero hogar permanece impasible al tiempo. Es como los 40 principales. Te vas 10 años y cuando vuelves están las mismas canciones.

Madrid, en este sentido, decepciona la hostia. Por muchas razones se hace muy atrayente al principio, sobre todo para los provincianos, pero cansa rápido; el deslumbramiento dura lo que dura. La decepción acontece cuando te das cuenta de que cuesta una vida leerle el relato a la ciudad.

Tampoco es que mi propósito sea leerlo en 5 minutos, pero hay que vivir muchas vidas en la vida, no hay tiempo para más. No se puede estar la existencia entera detrás de un cometido.

Hay ciudades, por contra, que se pueden leer mientras tomas un café en una terraza. Tampoco es eso, como igualmente no puede ser que conozcas a una persona de hace cinco minutos y ya hayas sido capaz de leerle el relato, aunque sucede.



En otras ocasiones, Madrid deslumbra cuando se encuentra no el relato de la ciudad sino un grupo de personas afines capaces de dejar una huella en el alma. Entonces también merece la pena.

Como decíamos ayer, en las ciudades con relato cobran importancia los personajes míticos y los personajes conocidos. La probabilidad de un encuentro con un personaje conocido es Madrid es tendente a 0.

Lotro día vi una imagen que me dejó muy tocado. Reconocí por la calle, en una ciudad pequeña en la que vivo a veces, a dos personas que conocía de vista. Las había visto en muchas ocasiones separadas, pero siempre en el mismo contexto; en las Asambleas del 15M o en las manifestaciones de rojos. Cuando uno es capaz de reconocer los puntos débiles y dificultades de los movimientos ciudadanos en las grandes ciudades, no se puede hacer una idea de éstos en las pequeñas.

Ella, una chica, recordaba, muy joven (unos 23) y guapa, sin ninguna marca de la derrota en su rostro. Él, mayor y manco. La ausencia de un miembro es atributo de autoridad en cualquier movimiento (político o social, activo o pasivo, de flexión o extensión). Siempre tiende uno a pensar que lo ha perdido por la causa, aunque no tenga nada que ver.



Imaginé aquellas dos generaciones, separadas por otras dos, unidas por un mismo ideal, con unos mismos referentes y amantes de las mismas canciones que nunca pondrían en los 40 principales. Imaginé una amistad auténtica que florece al calor de muchas y muchas asambleas, en los parques del verano, en los locales de las asambleas de vecinos del frío invierno, alrededor de una de esas baratas estufas de butano que matan gente.

Como en las ciudades pequeñas no hay colas, se tiene mucho tiempo y no suele haber tanto que hacer, les seguí un poco. Se miraban frecuentemente mientras caminaban y luego entraron a un bar. Yo me situé discretamente en un extremo de la barra e hice como que ojeaba un periódico local. En las ciudades pequeñas sólo hay prensa local rancia, con lo que tampoco puede hacer mucho como que leía, porque me aburría rápido de las noticias sensacionalistas y beatas.

De repente observé que la activista situaba su mano en el aire y solamente después de un rato comprendí que estaba posando su mano sobre el miembro fantasma del viejo lobo de mar.

Salieron del bar y me deslicé tras ellos. Hizo entonces la chica hizo el gesto de agarrarle la mano a distancia del muñón; le estaba dando la mano al miembro fantasma.



Me resultaba difícil comprender cómo el viejo había adiestrado a la joven en esa tarea fantasmagórica.

La verdad es que si lo piensas bien es una putada pagar una receta de Gabapentina para algo que no existe. Imagínate pagarte un tratamiento de quimioterapia para un cáncer que te has inventado.

Las ciudades están llenas de miembros fantasmas. De cosas que existen y que solamente algunos sienten. Cuando te has cansado ya de las reales puedes aprender a jugar a ver las fantasmas. Si lo haces, es posible que te lo pases bien. Ésa es la diferencia de dos personas que viven en el mismo sitio; una puede estar muerta del asco pero la otra es capaz de ver lo que se oculta debajo de la realidad y se lo pasa pipa. A esto hay gente que también le llama delirio, pero ignoro dónde comienza exactamente el terreno de la patología. Lo que queda al otro lado de la patología es el mundo aburrido de los adultos.

Construir esos fantasmas y hacer que te acompañen de alguna manera sin que te sobrepasen es lo que conocemos como literatura.

Debe ser la hostia tener un miembro fantasma. Si te cortaran el rabo se llamaría el miembro miembro fantasma. Imagínense qué expresión más rara. Me pregunto cómo será hacerse una paja con un miembro miembro fantasma. Sería como una paja invisible, que no debe ser pecado ni nada, porque en realidad es una paja en el aire.

Mientras iba pensando en estas gilipolleces me despisté y los perdí de vista. Me di cuenta de que las ciudades nada tienen que ver con el espacio físico que las contienen. Que llevaba viviendo muchos años de manera discontinua en la misma ciudad y que el relato únicamente dependía de la gente que la habitara. Que esa parte que no se ve, que no sale en las fotos, que va y viene, que se esconde al que solamente pasea por allí, al que sólo pasa por allí, es lo que dota realmente a la ciudad de significado, y es el miembro fantasma de la ciudad.

Que hay algunas presencias y algunas historias que han marcado la ciudad, gente que ha dejado sus sentimientos y sus corridas en los portales y que ahora siguen reclamando en el imaginario colectivo un estímulo nervioso para seguir formando parte del cuerpo, pero sin que se vea, porque realmente el tiempo diluyó su historia.

Tengo muchas ganas de que llegue el 1 de Mayo para ver si vuelvo a encontrarme con el manco y la perroflauta.

La pasada semana tuvimos la oportunidad de disfrutar de una nueva entrega del programa “Malvados” de “Las décimas”, donde pudimos dar cuenta del excelso funcionamiento de nuestro sistema sanitario y las relaciones que mantiene con la Industria Farmacéutica, ejemplo de pulcritud y paradigma de espacio de encuentro que debe servir para ilustrar otros muchos aspectos del funcionamiento de otros sectores estratégicos.


Como es ampliamente conocido, las Industrias y las empresas privadas tienen como máxima y razón de ser ayudar a la sostenibilidad y al buen funcionamiento de los sectores públicos. No se conoce en el momento actual qué sería de los segundos sin los primeros.


En este sentido, fue especialmente interesante el encuentro con el médico Ubrique Faisán, que relató la responsabilidad que se observa en el modo en que se relacionan los médicos en nuestro país con la citada Industria Farmacéutica.


El doctor fue desgranando a lo largo de múltiples puntos la aséptica relación. Faisán comentó que el comportamiento de los médicos en este sentido es irreprochable, pues no utilizan el tiempo de su consulta ni el tiempo de sus pacientes, o el tiempo que pudieran dedicar a hacer alguna actividad en relación con su trabajo en el encuentro con el visitador médico, ya que estas visitas tienen lugar fuera de horario laboral. En este mismo sentido remarcó que los encuentros no tienen lugar en el espacio de trabajo del médico, de titularidad pública, área inviolable e infranqueable. Recordemos que, por ejemplo, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid no permite grabar en sus instalaciones ni dedicar éstas a ninguna otra actividad que la asistencial o la docente del Centro de Salud, pues cualquiera otra “distorsiona e interrumpe la actividad normal de los Centros”. Jamás sucedería que se dedicaran las instalaciones para cuestiones de promoción o información de fármacos o productos farmacéuticos. 


Tampoco pasa que sea la misma Administración, que nunca impide las iniciativas de sus profesionales en ningún sentido, la que regule el orden de la visita médica en el Centro, ni que haga un horario para que no se amontonen los visitadores encima de un médico el mismo día.


Nunca se han visto a visitadores médicos esperando a las puertas de los antequirófanos, en espacios ya vetados para los familiares de los pacientes a los que están interviniendo en ese momento. Nunca han accedido los visitadores a los cuartitos de los residentes en los hospitales, ni han ofrecido latas de refresco que han pagado ellos de la máquina.


Saliendo de las instalaciones sanitarias, jamás se ha visto pagar a un visitador médico el desayuno del médico y del que a él lo acompañe, sea residente, enfermera o conocido. Nunca se han introducido en un Centro de Salud público alimentos o bebidas que haya costeado la Industria Farmacéutica. Jamás ha habido una sesión clínica en un Centro de Salud cuyo ponente cobraba de la Industria Farmacéutica. Nunca se han pagado 400 euros por dar una charla de 40 minutos a nadie. Siempre que ha habido una charla, se ha explicitado adecuadamente en el tablón de anuncios de docencia que esa charla la organizaba tal o cual laboratorio.


Faisán remarcó que es totalmente falso que se invite a cenar a los residentes a restaurantes muy buenos steaks tartares de 30 euros el plato, ni a pequeñas charlas en restaurantes donde se cena magníficamente tras las mismas.


Tampoco, dijo, se conoce ningún caso de un representante que haya invitado a los médicos de un servicio entero a pasar un día de paintball o de cars. Jamás de los jamases, nunca, se han pagado servicios de prostitución con el dinero de la Industria Farmacéutica, ni copas en bares. Nunca han pagado cenas de Navidad a ningún servicio, ni “fines de semana gastronómicos”.


Nunca en la vida han pagado un billete de avión a un médico para ir a un congreso a Buenos Aires, o a Chicago o a Finlandia, ni le han dado un billete en primera si el médico lo ha pedido. Jamás le han pagado uno de los mejores hoteles de la ciudad.


Jamás se ha regalado un PDA a un médico, ni un teléfono móvil, ni un fonendo, ni un otoscopio, ni una máquina que hace los ITB del tirón, ni una máquina que con una glucemia capilar hace una hemoglobina glicosilada, ni un libro que cuesta 300 euros.


Jamás ha tenido la Industria Farmacéutica ningún tipo de relación con eso que llaman Sociedades Científicas, y que lejos de ser instituciones invisibles, son consideradas en parte interlocutoras de las autoridades sanitarias autonómicas y nacionales.


Como también comentaba el farmacólogo San Ramón Nomeimporta, es falso que el presupuesto de dicha Sociedad Científica se nutra principalmente del Congreso Nacional anual, que es patrocinado de arriba a abajo por la Industria Farmacéutica; que no asegura el poder del reparto de casi todas las inscripciones, que no monta una feria en sitio bien visible con todo tipo de stands promocionales, que no se asegura los derechos audiovisuales del congreso, que no interviene sobre el orden de las ponencias. Jamás se ha regalado un Ipad a los ponentes en un congreso de una Sociedad Científica patrocinado por la Industria Farmacéutica. No es cierto que los grupos de trabajo de las Sociedades Científicas sean nidos de relaciones estrechas entre médicos e Industria Farmacéutica.


Además, todo paciente tiene derecho a saber si su médico recibe o no regalos o ingresos de empresas farmacéuticas. “Me consta que somos el colectivo más transparente”, remarcó Faisán.


Entroncando con lo que comentaba Faisán y Nomeimporta, la inmensa mayoría de las prescripciones que se realizan en España están plenamente justificadas, con arreglo a la evidencia científica. Se prescriben racionalmente los coxibs, no hay un paciente de no alto riesgo cardiovascular que tenga puesta una estatina en prevención primaria, no hay ninguna mujer que no haya tenido una fractura que no reciba un bifosfonato, no hay una mujer por debajo de 65 años que tenga puesto un bifosfonato y no hay una mujer sin factores de riesgo que no le hayan hecho ninguna densitometría. No se ha puesto ningún IBP distinto a omeprazol salvo en casos de interacciones con los anticoagulantes o con algunos antiagregantes. Hay una proporción de ARA II menor del 10% respecto a IECAs. No es cierto que exista la medicalización de la vida.

No se está exagerando ninguna enfermedad. La medicina privada no es doblemente agresiva en este contexto.


Asimismo, las empresas farmacéuticas no mantienen ninguna relación con los pacientes directamente, ni a través de las Asociaciones de Pacientes. Jamás una empresa ha cofinanciado una Asociación de Pacientes, y nunca la ha utilizado de correa de transmisión de sus intereses.


En otro orden de cosas, el Exdirector de Salud Pública Santiago Niño de San Ildefonso comentaba que nunca un político ha recibido persuasiones por parte de la Industria Farmacéutica acerca de un producto que comercializan. Que el Ministerio toma todas sus decisiones con criterios de evidencia muy explícitos que están al alcance de todos cuantos quieran chequearlos.


El programa fue un éxito de audiencia y los televidentes pudieron dar cuenta, ejerciendo sus derechos ciudadanos de participación, de la naturaleza de los entresijos de la realidad en la que viven.


Cabe mencionar los aplausos y alabanzas vertidos sobre el doctor Faisán a lo largo de esta semana, por acercar un tema tan importante a la población y por dar en la diana con sus reflexiones. Vaya por delante desde aquí también nuestro reconocimiento. 

Me gusta la gente mítica. Gente mítica es la gente que todo el mundo sabe quién es aunque no la conozca personalmente. Me gusta de las ciudades pequeñas que hay gente mítica y la gente la reconoce. Para que ustedes me entiendan, míticos son los dos heavys que bebían calimocho en botella de colajota de dos litros por las tardes, en la puerta de la extinta Madrid Rock. O mítico es el chico sin brazos que agita con la boca un mini con unas monedas en el fondo, en Sol.

En la ciudad en la que vivo a veces, hay un mítico muy mítico. Es un tipo que siempre está en la puerta de la biblioteca. Es un chico joven, con el pelo largo y grasiento y chafas de pasta revenida. Siempre está como esperando en la puerta, pero no fuma ni nada.

Un día me interesé por él y pregunté a varias personas, entre ellos a los trabajadores de la biblio, que tengo confianza. Me contaron que era conocido desde hacía muchos años. Un funcionario me dijo: – Se ha leído todos los libros de la biblioteca, te lo puedo demostrar. Yo le conozco desde cuando no tenía gafas ni nada.

Me acordaba de aquella anécdota atribuida a Cabrera Infante. Un día un periodista visitó su casa en su exilio en Londres para hacerle una entrevista, y al ver la casa forrada literalmente de libros, le preguntó si se había leído todos. – Sí – contestó-, pero sólo una vez.

El bibliotecario me comentó que como ya se los había leído todos, esperaba fuera. Cuando les venía alguna novedad se la reservaban de estrangis y él era el primero en leerla. Se sentaba en el rincón de lectura y no levantaba la vista hasta que la acababa. Ahora con la crisis llegaban muy pocas novedades, por eso pasaba más tiempo fuera que dentro.

Un día, sorprendentemente, apareció por la consulta. Yo no sabía que era de mi cupo. Me acuerdo bien de ese olor de la ropa cuando no la lavas durante mucho tiempo, a rancio. Los que sois sanitarios sabéis bien de qué olor os hablo.

Me vino a por recetas predominantemente. Le noté en el vocabulario la influencia del boom latinoamericano y del Siglo de Oro. También del realismo mágico, porque tomaba neurolépticos, pero sólo alguno. Era la persona más parecida a Don Quijote que había conocido yo en esta etapa contemporánea que me había tocado vivir.

Me dijo al entregarle las recetas que como yo era nuevo para él me iba a hacer una pregunta que nadie le había sabido resolver. Me preguntó si yo sabía por qué Zyprexa se escribía con “X” y no con “S”. 
– Te lo digo porque he decidido llamar Cipresa a mi perro y no estoy seguro de que ésto sea correcto- remató-. A lo mejor tú sabes, que eres de otra generación – me dijo-.

Debía pensar que lo de los conocimientos funcionaba como las Cefalosporinas, por generaciones.
Y tras un silencio, continuó:


– Cipresa es un muy bonito nombre para un perro – dijo mirando al vacío, como hacen los que ya no esperan ningún feedback porque saben que la soledad y el pesimismo sobre la existencia todo lo ocupa y no deja sitio para mucho más -.
Sí, sin duda lo era. Como también lo era Snedecor (de la F de Snedecor) o Cameco (de pistola Cameco). Yo no tengo perro porque ya no le doy a los canutos. 

Se había comprado un chalet con su marido durante el boom inmobiliario. Era un casoplón, de dos plantas, prácticamente autónomas. Vino después la crisis; la inmobiliaria y la matrimonial. Y no pudieron hacer frente al divorcio ni a la venta. Decidieron que él se quedaba arriba y ella abajo. Hacen por no verse, pero es inevitable. Un día él se llevó a una chica a casa y al día siguiente ella dejó puesta la llave por dentro, por lo que él tuvo que poner una escalera sobre la fachada para acceder a la vivienda por la ventana. Ella controla la puerta de entrada, como la Atención Primaria en el Sistema Sanitario. Si se tienen que decir algo muy importante se dejan notas en el buzón. Como está en la entrada y se dejan correos, también lo llaman Bandeja de Entrada.
Una vez tuve que ir a verlo a casa, porque tenía un dolor de barriga de la hostia. Se revolcaba por el suelo y todo. Le mandé al hospital porque parecía una pancreatitis, y así fue. Tenía unos triglis de 1243. Le dije que y eso y me dijo que como la cocina quedaba abajo, llevaba 8 meses comiendo bocadillos y cosas sin cocinar. Eso sí, le había tocado a cambio una buhardilla preciosa.
Siempre me ha llamado mucho la atención la gente que vive en chalets. Pero todavía no sé por qué. Esperaba entenderlo escribiendo esto pero ya lo estoy acabando y nada.

En relación a la propuesta de sanción que usted me envía al Centro de Salud déjeme manifestar lo siguiente.


1. Que es cierto que se ha accedido desde una sesión informática de titularidad mi DNI a páginas pornográficas.
2. Que la causa de este acceso es la siguiente. Vino un paciente a consulta haciendo referencia a un problema eréctil. El problema tenía relación con una malposición peneana que dificultaba con mucho las relaciones sexuales. Por lo que me iba contando yo sospechaba una enfermedad de Peyronie. A mí no me gusta mandar un paciente a los especialistas hospitalarios sin conocer bien el caso y estar seguro de los motivos de mi derivación, excepto cuando el paciente quiere ser valorado en Atención Especializada sin contar con mi criterio, en cuyo caso pongo en el papel a modo de castigo y de resarcimiento moral por estudiar durante 12 años: “El paciente quiere ser valorado por vuestro servicio. No desea ser valorado en Atención Primaria”. El asunto es que para yo poder valorar el caso con todos los elementos necesitaba al paciente erecto. Suelo llevar impresos en papel en el maletín unos MiniMental, unos ejercicios de rehabilitación vestibular y algunos otros para la columna cervical, pero no suelo llevar material complementario en este sentido. Así que pensé en decirle que viniera emporrado de casa, pero vivía el paciente lejos (las pasiones duran lo que duran, qué le vamos a hacer) y supuse que cuando llegara ya se le iba a haber pasado. Decidí cambiar el biombo de orientación y le dejé mi sitio para que se estimulara con el amplio y suntuoso contenido de la red. No había otra manera. 
3. Esto fue lo que realmente sucedió.

Disculpe las molestias que les haya podido ocasionar.

Reciba un saludo.

Raquel tiene 36 años. Es madre soltera. Trabaja en el Mercadona de su pueblo. La contratan para hacer refuerzos. También dobla y hace reducciones de jornada y de Pedro Ximenez, como los médicos de familia. Tiene un hijo. El niño nació con un problema. Nació sin una pierna completa, una agenesia. Hay prótesis para eso. Son articuladas y permiten hacer movimientos complejos y tola hostia. Cuestan 20.000 euros. Antes la Seguridad Social cubría el material protésico, el 100 %. Ahora hay que pagar el 10%. Tiene que pagar 2000 euros por la prótesis. Lo malo es que el niño tiene 5 años y crece y crece. Se van desarrollando los huesos y músculos y cada año la prótesis tiene un tallaje diferente. Cada año se la tienen que cambiar. Raquel no tiene dinero, hasta que no llega el verano la llaman muy poco (porque las compañeras se acumulan, como los médicos de familia) y va a tener que pedir un crédito, me cuenta. Cuando pronuncia la palabra crédito se le corre todo el maquillaje de los ojos, y me recuerda a la fluoresceína, que encuentra su desfiladero hacia el CAE por la sien.