Ayer una sustancia desconocida comenzó a dejarse oler por Buenos Aires. Primero se dijo que eran pérdidas de gas liberado. Luego, mercurio. 
A la postre fue un producto químico nocivo conocido como Thiodicarb, es un pesticida fabricado a base de carbamato, incluido entre los productos que pueden explotar o hacer reacciones de autocombustión por exposición a altas temperaturas, como las ocurridas ayer.
No es inocuo. Para nada. Los obreros que trabajan con dicho producto deben usar equipo preparado para manipular el mismo y lo saben bien. Una exposición larga y cercana puede producir sintomas semejantes a la gripe, cefaleas, dolor de vientre, diarrea, e incluso problemas agudos respiratorios y la muerte.
Queda en nuestra ciudad esta porquería. Nadie se hace responsable. Nuestros organismos pagan ese precio y todos sorbidos de nuevo a nuestras rutinas de siempre. Cuando el final llegue será porque lo dejamos venir mientras ventilabamos las intimidades de la farándula y nos preocupabamos que en facebook nos hagan I Like.

Consultas masivas

Para comunicarse por cualquier duda sobre el tema  de la nube tóxica se debe llamar al 0800-333-0160..
A través de los meses, informamos lo que se debe hacer ante este año tan particular en cuanto a las profecías. Kenabis, mientras dirigió este webblog siempre alertó sobre los miedos y la posibilidad de que la gente se volviera loca al final de los tiempos.
Lo que pueda suceder en estos días será consecuencia de la propia idiosincracia de las personas que, imbuidas de un pensamiento mágico, creen que ser parte de sectas y grupos religiosos es el camino a salvarse.
Esta es la nota sobre el peligro de meterse en el Uritorco.
BUENOS AIRES, 19 (EUROPA PRESS)
Las autoridades argentinas han cerrado los accesos al cerro Uritorco “para evitar una desgracia” después de que decenas de personas hayan quedado allí el próximo 21 de diciembre para llevar a cabo un suicidio colectivo, basándose en la profecía maya del fin del mundo.
El administrador del mítico monte, Rafael García, ha explicado este martes que, “por temor a que ocurra una desgracia”, “el cerro Uritorco estará cerrado desde las 20.00 horas del 20 de diciembre hasta las 0.00 horas del 22 de diciembre”.
La decisión de cerrar los accesos al cerro Uritorco obedece a la petición que ayer formularon las autoridades locales, en concreto el alcalde del municipio vecino de Capilla del Monte, Gustavo Sez, a su propietaria privada, Beatriz Anchorena.
La alarma se desató después de que a través de las redes sociales, principalmente Facebook y Twitter, se convocara un “suicidio masivo mágico” para el próximo viernes, que ya cuenta con la participación de unas 150 personas, según Cadena 3.
“La convocatoria va mucho más allá (de la profecía maya): no habla de una versión apocalíptica, sino de salir de la oscuridad para entrar en un período de claridad a partir del día 21 de diciembre cuando arranca otro ciclo”, ha explicado Sez.
A pesar de que se ha hablado de la profecía maya del fin del mundo, los estudiosos de esta cultura han determinado que en realidad no previeron el apocalipsis, sino el fin de una era de 5.125 años, de acuerdo con su calendario.
El cerro Uritorco, es el pico más alto de las Sierras Chicas de la provincia de Córdoba, ubicada en el centro de Argentina, con 1.979 metros. Tradicionalmente, se le ha atribuido una energía mística que atrae a decenas de miles de turistas cada año.
Se trata de un nombre nuevo para una época geológica nueva, definida por nuestro enorme impacto sobre el planeta. La marca perdurará en el registro geológico mucho después de que nuestras ciudades se hayan derrumbado.
El camino nos lleva arriba de una colina, a través de un arroyo rápido y luego más allá del esqueleto de una oveja. Según yo, está lloviendo, pero me dicen que aquí, en las tierras altas del sur de Escocia, esto solo cuenta como una llovizna ligera, o smirr. Justo pasando el último zigzag, hay una cascada, envuelta a medias en la neblina, y la saliente de una roca dentada que tiene franjas verticales, como la rebanada de un pastel de capas que se puso de lado. Mi guía, Jan Zalasiewicz, un estratígrafo británico, señala una ancha franja gris. “Aquí pasaron cosas malas”, dice.

La franja se formó hace unos 445 millones de años, cuando los sedimentos se apilaron lentamente sobre el fondo de un océano antiguo. Entonces la vida aún estaba confinada al agua en su mayoría, y atravesaba una crisis. Entre los dos bordes de la franja gris, de un metro de grosor, murieron cerca de 80 % de las especies marinas, muchas de las cuales eran criaturas que ya no existen, como los graptolitos. Esta extinción, conocida como Ordovícico Tardío, fue una de las cinco mayores en los últimos 500 millones de años. Coincidió con cambios extremos en el clima, en los niveles globales del mar y la química oceánica.
Los estratígrafos como Zalasiewicz suelen ser difíciles de impresionar. Su trabajo consiste en armar la historia de la Tierra a partir de pistas que se les pueden sacar a las capas de las rocas millones de años después de un suceso. Tienen una perspectiva de muy largo alcance sobre los acontecimientos, de los cuales solo los más violentos pueden dejar señales claras y duraderas y marcar los episodios cruciales de la historia de 4 500 millones de años del planeta, los momentos decisivos que se dividen en capítulos comprensibles.
De manera que resulta desconcertante enterarse de que muchos estratígrafos hayan llegado a pensar que los seres humanos somos un acontecimiento tan importante que solo en el último siglo o dos hemos alterado el planeta tanto como para marcar el comienzo de una nueva época: el Antropoceno. De pie bajo el smirr, le pregunto a Zalasiewicz cómo piensa que verán esta época los geólogos del futuro lejano. ¿La transición será moderada, como docenas de otras que aparecen en el registro, o será una franja muy marcada en la que pasaron muchas cosas malas, como la extinción masiva a finales del Ordovícico?

Eso, dice Zalasiewicz, es lo que estamos por determinar.
La palabra “antropoceno” fue acuñada por el químico holandés Paul Crutzen hace alrededor de una década. Un día Crutzen, que comparte un Premio Nobel por descubrir los efectos de los compuestos que reducen el ozono, estaba en una conferencia científica. El presidente de esta mencionaba de manera constante el Holoceno, la época que comenzó al final de la última era de hielo, hace 11 500 años, y que –al menos oficialmente– continúa hasta este día. “‘Acabemos con esto –recuerda haber espetado Crutzen–. Ya no estamos en el Holoceno. Estamos en el Antropoceno’. Y bueno, la sala se quedó en silencio por un buen rato”. Cuando el grupo hizo un descanso para tomar café, el Antropoceno se convirtió en el tema principal de la conversación. Algunos sugirieron que Crutzen registrara los derechos de la palabra.
Mucho tiempo atrás, en los años setenta del siglo xix, un geólogo italiano de nombre Antonio Stoppani propuso que la gente había introducido una nueva era y la denominó Antropozoico. La propuesta de Stoppani fue ignorada; otros científicos la hallaron poco científica. En contraste, el Antropoceno sí hizo eco. El impacto humano en el mundo se ha hecho mucho más obvio desde los días de Stoppani, en parte debido a que el tamaño de la población casi se ha cuadruplicado a cerca de 7 000 millones. “El patrón del crecimiento demográfico en el siglo xx se dio a una tasa más bacteriológica que primate”, escribió el biólogo E.O. Wilson. Wilson calcula que la biomasa humana es 100 veces mayor que la de cualquier otra especie de animales grandes que haya existido alguna vez sobre la Tierra.

En 2002, cuando Crutzen reportó la nueva idea del Antropoceno en la revista Nature, los investigadores de una amplia gama de disciplinas adoptaron el concepto de inmediato. Pronto comenzó a aparecer regularmente en la literatura científica.
Al principio, la mayoría de los científicos que usaban el nuevo término no eran geólogos. A Zalasiewicz, uno de ellos, lo intrigaron las discusiones. “Noté que el término aparecía en la literatura seria, sin comillas y sin connotación irónica”, dice. En 2007, Zalasiewicz era presidente de la Sociedad Geológica de la Comisión Estratigráfica de Londres. Durante una junta, decidió preguntar a sus colegas qué pensaban del Antropoceno. Veintiuno de los 22 pensaban que el concepto tenía mérito. El grupo acordó verlo como un problema formal en la geología. ¿Cubriría el Antropoceno los criterios utilizados para nombrar una nueva época? En lenguaje geológico, las épocas son periodos relativamente cortos, aunque pueden extenderse por decenas de millones de años (los periodos, como el Ordovícico y el Cretácico, duran mucho más, y las eras, como la Mesozoica, aún más). Las fronteras entre las épocas se definen por los cambios que se preservan en las rocas sedimentarias: como la aparición de un tipo de organismo comúnmente fosilizado o la desaparición de otro. Pero, por supuesto, el registro en roca de la época actual aún no existe. De manera que la cuestión era: ¿cuando este exista, el impacto humano será “significativo estratigráficamente”? El grupo de Zalasiewicz decidió que la respuesta era sí, aunque no necesariamente por las razones que uno esperaría.
Probablemente, la forma más obvia en que los humanos están alterando el planeta es construyendo ciudades, que esencialmente son vastas extensiones de materiales hechos por el hombre: acero, vidrio, concreto y ladrillo. Pero resulta que la mayoría de las ciudades no son buenas candidatas para la conservación a largo plazo por la sencilla razón de que están construidas sobre la tierra, y en la tierra las fuerzas de la erosión tienden a ganarle a las de la sedimentación. Desde una perspectiva geológica, los efectos humanos visibles con mayor claridad en el paisaje hoy día “podrían en cierta forma ser los más pasajeros”, ha observado Zalasiewicz.

Los humanos también han transformado el mundo mediante el cultivo; más o menos 38 % de la tierra libre de hielo del planeta está dedicada a la agricultura. En este ámbito, también, algunos de los efectos que parecen más importantes actualmente solo dejarán rastros imperceptibles a lo mucho.
Es probable que los futuros geólogos comprendan la escala de la agricultura industrial del siglo xxi a partir del registro del polen: de las extensiones monocromáticas de polen de maíz, trigo y soya, que habrán remplazado las variaciones en el registro que dejan los bosques tropicales o las praderas.
La estandarización de los bosques del mundo enviará al menos dos señales codificadas a los futuros estratígrafos, aunque descifrar la primera puede ser engañoso. Las enormes cantidades de suelo erosionado de la tierra deforestada están aumentando la sedimentación en algunas partes del mundo, pero al mismo tiempo las presas que hemos construido en la mayoría de los principales ríos del mundo retienen el sedimento que de otra manera se arrastraría hasta el mar. La segunda señal de deforestación debería develarse más claramente. La pérdida del hábitat forestal es una causa principal de las extinciones, que ahora suceden a un índice cientos, o incluso miles, de veces más alto que durante la mayor parte de los últimos 500 millones de años.
Probablemente, el cambio más significativo, desde una perspectiva geológica, es uno que nos resulta invisible: el cambio en la composición de la atmósfera. Las emisiones de bióxido de carbono son incoloras, inodoras y, en términos de inmediatez, inofensivas. Pero sus efectos de calentamiento fácilmente podrían llevar las temperaturas mundiales a niveles que no se han visto en millones de años. Algunas plantas y animales ya están extendiendo sus territorios hacia los polos, y esos cambios dejarán rastros en el registro fósil. Algunas especies no sobrevivirán el calentamiento. Y el aumento de las temperaturas podría elevar el nivel del mar seis metros o más.
Es probable que mucho tiempo después de que nuestros autos, ciudades y fábricas se hayan convertido en polvo, las consecuencias de quemar carbón y petróleo equivalente a miles de millones de toneladas sean claramente ostensibles. El bióxido de carbono calienta el planeta y, al mismo tiempo, se cuela en los océanos y los acidifica. En algún momento de este siglo serán tan ácidos que los corales ya no podrán construir arrecifes, lo que se registrará geológicamente como “un hiato de arrecifes”. Estos hiatos han marcado cada una de las últimas cinco extinciones masivas principales. La más reciente, que se cree fue causada por el impacto de un asteroide, tuvo lugar hace 65 millones de años, al final del periodo Cretácico; no solo eliminó a los dinosaurios, sino también a los plesiosaurios, los pterosaurios y los ammonoideos. La escala de lo que les está sucediendo ahora a los océanos es, de acuerdo con muchos expertos, incomparable desde entonces. Para los geólogos futuros, dice Zalasiewicz, nuestro impacto podría parecer tan repentino y profundo como el de un asteroide.
Si en efecto hemos entrado en una nueva era, ¿cuándo comenzó exactamente? ¿En qué momento aumentaron los impactos humanos al grado de tener importancia geológica?
William Ruddiman, paleoclimatólogo de la Universidad de Virginia, ha propuesto que la invención de la agricultura hace unos 8 000 años, y la deforestación que resultó de ello, llevaron a un aumento tan grande en el CO2 atmosférico como para aplazar lo que de otra manera hubiera sido el comienzo de una nueva era de hielo; en su opinión, los humanos han sido la fuerza dominante en el planeta prácticamente desde el inicio del Holoceno. Crutzen ha sugerido que el Antropoceno comenzó a finales del siglo xviii, cuando, como indican las muestras de hielo, los niveles de bióxido de carbono dieron inicio a lo que resultó ser un aumento ininterrumpido. Otros científicos sitúan el inicio de la nueva época a mediados del siglo xx, cuando las tasas demográficas y de consumo se aceleraron rápidamente.
Zalasiewicz dirige ahora un grupo de trabajo de la Comisión Internacional de Estratigrafía (ics, por sus siglas en inglés), que tiene la tarea de determinar oficialmente si el Antropoceno merece ser incorporado a la escala geológica de tiempo. Para la decisión final se requieren votos tanto del ics como de su organización madre, la Unión Internacional de Ciencias Geológicas. Es posible que el proceso tome años. Conforme se alarga, la decisión bien podría volverse más fácil. Algunos científicos sostienen que no hemos alcanzado el inicio del Antropoceno, no porque no hayamos tenido un impacto dramático en el planeta, sino porque es probable que las siguientes décadas resulten ser más significativas estratigráficamente que los siglos pasados. “¿Decidimos que el Antropoceno ha llegado o esperamos 20 años, cuando las cosas serán aún peores?”, dice Mark Williams, geólogo y colega de Zalasiewicz de la Universidad de Leicester, en Inglaterra.

Crutzen, quien comenzó el debate, piensa que su verdadero valor no está en las revisiones a los libros de texto de geología. Su propósito es más amplio: quiere que centremos nuestra atención en las consecuencias de la acción colectiva y en cómo podríamos todavía evitar lo peor. “Lo que espero –dice– es que el término ‘antropoceno’ sea una advertencia para el mundo”.

Elizabeth Kolbert/Revista National Geographic

Ahora que he cumplido las tres veintenas más 10, espero que me perdonen por pensar en mi vida pasada y en el modo en que nuestra comprensión del estado del Universo ha cambiado. También intentaré mirar hacia el futuro, más allá del horizonte actual. (…)

En 1950, el lugar de trabajo de mi padre pasó a estar en el extremo norte de Londres, así que mi familia se trasladó cerca de allí, a la ciudad catedralicia de St. Albans. Mis padres compraron una gran casa victoriana con algo de carácter pero St. Albans resultó ser un lugar un tanto aburrido y conservador comparado con Highgate. En Highgate, nuestra familia parecía bastante normal, pero en St. Albans creo que seguramente nos consideraban unos excéntricos.

Mi padre pensaba que no podíamos permitirnos un coche nuevo, de modo que compró un taxi de Londres de antes de la guerra y entre los dos construimos un barracón que servía de garaje. Los vecinos estaban indignados, pero no podían detenernos. Como la mayoría de los chicos, me sentía avergonzado por mis padres. Pero a ellos nunca les preocupó. Pienso que aprendí algo de ellos porque, en épocas posteriores de mi vida, a menudo he propuesto ideas que han indignado a mis compañeros.

Cuando inicialmente nos trasladamos a St. Albans, me enviaron a la Escuela Superior Femenina, que a pesar de su nombre, aceptaba a niños hasta los 10 años, pero más tarde fui a la Escuela St. Albans. Nunca estuve muy por encima de la media de la clase (era una clase muy inteligente). Mi aula estaba muy desordenada y mi caligrafía era la desesperación de mis profesores. Pero mis compañeros de clase me pusieron el apodo de Einstein, así que supongo que vieron indicios de algo mejor. Cuando tenía 12 años, uno de mis amigos apostó con otro una bolsa de caramelos a que yo nunca llegaría a nada. No sé si esta apuesta llegó a pagarse ni, en tal caso, en qué sentido se decidió. (…)

En octubre de 1962, cuando llegué a Cambridge, al DAMTP, el departamento de matemáticas aplicadas y física teórica, tenía 20 años. Había solicitado trabajar con Fred Hoyle, el astrónomo británico más famoso de la época. Digo astrónomo porque la cosmología apenas era reconocida entonces como una disciplina legítima. Sin embargo, Hoyle tenía ya suficientes alumnos, así que me llevé un gran chasco cuando me asignaron a Dennis Sciama, de quien no había oído hablar. Pero menos mal que no estudié con Hoyle, porque me habría visto arrastrado a defender su teoría del estado estacionario, una labor que habría sido más difícil que salvar el euro. (…)

Hace no mucho, escribí un nuevo libro, El gran diseño, con Leonard Mlodninov, para intentar abordar algunos problemas que quedaron sin resolver en Breve historia del tiempo. Vemos que las leyes de la ciencia describen cómo se comporta el Universo, pero para comprender el Universo del modo más profundo, también tenemos que comprender el porqué.
¿Por qué hay algo en lugar de nada?
¿Por qué existimos?
¿Por qué este conjunto concreto de leyes y no algún otro?
Creo que la respuesta a todas estas preguntas es la Teoría de Cuerdas. La Teoría de Cuerdas es la única teoría unificada que tiene todas las propiedades que pensamos que debería tener la teoría final. No es una teoría en el sentido habitual de la expresión, sino toda una familia de teorías diferentes, cada una de las cuales es una buena descripción de las observaciones solo en cierto rango de las situaciones físicas.

La Teoría de Cuerdas predice que se crearon una gran cantidad de universos de la nada. Estos universos múltiples pueden surgir de forma natural de las leyes físicas. Cada universo tiene muchas historias posibles y muchos estados posibles en épocas posteriores, es decir, en épocas como la actual, mucho después de su creación. La mayoría de estos estados serán bastante diferentes del Universo que observamos y bastante poco idóneos para la existencia de cualquier forma de vida. Solo unos pocos permitirían que existiesen criaturas como nosotros. Por consiguiente, nuestra presencia selecciona, de ese inmenso conjunto, únicamente aquellos universos que sean compatibles con nuestra existencia. Aunque somos raquíticos e insignificantes en la escala del cosmos, esto nos convierte, en cierto sentido, en señores de la creación.

Sigue habiendo esperanzas de que veamos la primera prueba de la Teoría de Cuerdas en el LHC, el acelerador de partículas situado en Ginebra. Desde el punto de vista de la Teoría de Cuerdas, solo estudia las energías bajas, pero podríamos tener suerte y ver una señal más débil de la teoría fundamental, como la supersimetría. Pienso que el descubrimiento de compañeras supersimétricas de las partículas conocidas revolucionaría nuestra comprensión del Universo. No siento lo mismo respecto al bosón de Higgs, razón por la que apuesto 100 dólares a que no lo encontrarán en el LHC. La física sería mucho más interesante si no lo encontrasen, pero ahora da la impresión de que podría perder otra apuesta. (…)

Los avances más recientes en la cosmología se han logrado a partir del espacio, donde hay visiones ininterrumpidas de nuestro inmenso y hermoso Universo. Pero también debemos seguir yendo al espacio por el futuro de la humanidad. No creo que sobrevivamos otros mil años sin escapar de nuestro frágil planeta. Por tanto, quiero fomentar el interés público por el espacio y yo mismo he estado entrenando por adelantado.
Así que permítanme terminar con una reflexión sobre el estado del Universo. Ha sido una época gloriosa en la que vivir e investigar en física teórica. Nuestra imagen del Universo ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años y me siento feliz si he aportado mi granito de arena. El hecho de que nosotros, los humanos, que también somos meros conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, hayamos sido capaces de acercarnos tanto a la comprensión de las leyes que nos gobiernan a nosotros mismos y nuestro Universo es un gran triunfo.

Quiero compartir mi emoción y entusiasmo por esta búsqueda. Así que acuérdense de mirar hacia las estrellas y no hacia sus pies. Intenten encontrarle un sentido a lo que ven y pregúntense por aquello que hace que exista el universo. Sean curiosos. Y por muy difícil que pueda parecerles la vida, siempre hay algo que pueden hacer y en lo que pueden tener éxito. Lo importante es que no se rindan.

Gracias por escucharme. STEPHEN HAWKING

2012diciembre.com.ar

¿Qué sucedería si, al fin y al cabo, un desastre se presenta en los próximos meses?. ¿Y si no pasa nada? ¿Y si pasa en 2013 o 2015?.

Es evidente que sucederá, que en un punto, el mundo se acabará. Perdón: no el mundo, nuestra querida civilización.

Leo noticias de cambios climáticos, congelamientos de lagos salados, calentamiento global, y los desastres de guerras, ¿y qué pasa por mi cabeza? Que estamos matándonos unos a otros porque no sabemos para qué estamos acá.

Por eso, tomemos estás precauciones si algo sucediera en los próximos meses.

2012diciembre.com.arPrimero es importante no sucumbir al pánico. Ya vemos que una niebla, un corte de luz, o un embotellamiento puede ocasionar una verdadera locura en la ciudad.

Lo importante es tener provisiones. En especial agua. Y linternas, luz químicas, y en lo posible algún tipo de defensa (puede ser lo que sea que nos sirva para protegernos). La gente en estado de pánico se vuelve loca: mata sin razón, comete perversidades, violaciones, etc.

En este blog ya se mencionó muchas veces los recursos que debemos usar para estar preparados. Pero hasta que la tierra se mueve la gente no toma conciencia.

Y es mejor prevenir. En algún momento moriremos, es cierto, pero que no sea por nuestra desidia – o incredulidad mal usada.

Lo seguro que pasará en diciembre será una hecatombe de productos alimenticios. La gente, creyente y no creyente, arrasará con los negocios. Se acabaran stocks, productos alimenticios, y de pronto, si esto sucede, nos las veremos difícil.

2012diciembre.com.arNo podremos adquirir los mínimos productos básicos ¿y te preguntaste qué harías si no tuvieras para comer por dos días nada más?.

Este es, a fin de cuentas, el mayor peligro para diciembre de este año apocalíptico. Que en la desesperación no dejemos títere sin cabeza, como quien dice, y arrasemos con los recursos alimenticios.

Para este blog por: Rhodini
Colaborador de 2012diciembre.com.ar

Fotos: Agencias, EFE, AFP, REUTERS

Este sábado nos enteramos de la noticia de la mujer quemada en Nepal, que sus familiares consideraban una bruja y por tal motivo decidieron echarle queroseno.

Según trascendió, los familiares actuaron impulsados por dos chamanes que les dijeron qué hacer.

Y ahora la destacamos en 2012diciembre.com.ar por este mismo motivo.

Porque el fundador de este website, Christian Kenabis, corrió idéntica suerte hace ya meses atrás.

Fue lavado su cerebro por un Chamán de Guatemala y allí, en plena selva, fue conducido a un antro donde pondría fin a su vida, según sus propias declaraciones.

Llamamos la atención sobre esto mismo en relación al 2012. Nos llegan miles de correos de gente desesperada, que desea añadirse a un grupo de rescate o de sobrevivientes.

Debemos decirlo para que quede claro de una vez. Kenabis era quien pretendía reunir grupos de sobrevivientes.

Nosotros sólo alentamos este website informativo sobre desastres en general, ecología, cambio climáticos, etc, pero no buscamos reunir a nadie en ningún tipo de grupo.

De hecho, estamos en contra de todo movimiento sectario. Y huimos enseguida de los susodichos Chamanes, que en estos momentos hacen de las suyas en todo el orbe con esta sensación de fin que tiene la humanidad en torno al 2012.

El año apocalíptico comenzó, pero no tiene por qué acabar con nuestras vidas.

Autor: Sebastián/Santiago

Ahora que está patente el desastre japonés noto, en los sucesivos correos que llegan a la cuenta de 2012, que la gente se pregunta ¿Qué demonios hacer en caso de un tsunami, un sismo, el estallido de un volcán o algún otro desastre?

La muerte nunca se ve tan clara como en estos acontecimientos.

En realidad, pienso, no es tanto qué podemos aprender a hacer en tales circunstancias, más bien es aprender cómo morir. Estar listo sin miedo.

Los bunkers son destruibles. El alimento se acabará en algún momento. Las embarcaciones son hundibles. Y los refugios inestables.

Y sea ahogado, prendido fuego, cayendo en una grieta en la tierra, volando en un tornado, o acostado en la cama de un hospital, uno debe morir en algún momento.

¿Para qué preocuparse por la forma si el final es el mismo.? Estar listo sin miedo.

Santiago N

Podría haber empezado este post con la clásica frase biblica: “cuando oigáis rumores de guerra..:” Y luego lanzar el video con la imagen y rezar que unos cuantos crédulos me sigan en mis locuras. Pero no.

Acá pongo el video y les digo, ya fue analizado y no es el Jinete del Apocalipsis, como muchos piensan.

La “aparición” fue capturada por cámaras de video de la cadena Euronews, que transmitía en vivo imágenes de las protestas desencadenadas contra Hosni Mubarak durante los primeros días de febrero en Egipto.

Sin embargo, como les dije, olviden lo sobrenatural. Aquello no es otra cosa que el reflejo del fuego, ya que la figura toma movimiento al mismo tiempo que se mueve la cámara.

Por: Santiago C/info de Agencias

Hace unos meses atrás me preguntaba qué sucedía con la serie de muertes por rayos que se habían registrado en el mundo. Hoy recuerdo esto mismo cuando leo la nota de lo sucedido con el avión de Colombia.

Un avión Boeing 737-200 de la aerolínea Aires , según informaciones de El Tiempo, fue alcanzado por un potente rayo cuyo sonido atronador que se escuchó en toda la isla.

Volaba con 122 pasajeros y seis tripulantes. El avión está literalmente partido en dos, en la mitad del fuselaje. Hay heridos y un fallecido

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A todos aquellos que han seguido el relato del Anciano Maya, quería informarles que he de efectuar un nuevo viaje a aquellas tierras. Quizá, como en la otra oportunidad, hay alguien interesado en ir, si es así, sólo debe indicarmelo vía email y coordinar conmigo. (Y hacerse a la idea de dormir a la intemperie, cargar mochila y caminar muchos kilómetros).

Para quien no pueda ir, no obstante, le dejo la opción para que en este mismo post, sin necesidad de escribirme al correo, pueda evacuar sus dudas , interrogantes que le plantearé, en la medida que así pueda, a aquel Anciano Maya.

De modo que ya saben, este post unicamente será para dejar preguntas al Anciano.

Les debo muchas cosas incluir en 2012diciembre, pero el tiempo que me he hecho fue exclusivamente para poder volver a verlo, antes de nuestro fin, a aquel anciano. Quizá sea más productivo que enseñar tanta de esa destrucción que ya todos bien conocemos a esta altura.

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